Skip to main content
Sandler Training CDMX | Cuauhtémoc, Ciudad de México
 

This website uses cookies to offer you a better browsing experience.
You can learn more by clicking here.

Tuve una interesante conversación en un evento social que me hizo reconocer que yo, junto a los demás presentes, parecemos querer tomar decisiones por otras personas.

Esta es una observación interesante desde una perspectiva de ventas y también es aplicable en nuestra vida cotidiana. Permítanme compartir la historia:

Un conocido y yo estábamos discutiendo cómo cada uno utilizaba redes sociales y por qué nos suscribiríamos a él o no. Él era bastante escéptico sobre el propósito y no tenía muchos contactos por lo tanto su uso era muy bajo. Yo, por otra parte, tenía cientos de contactos y compartía con él lo que había empezado a hacer como otro método de prospección. Le indiqué que podría ver quiénes eran sus contactos y luego llamarle para hablar de estas personas para ver si tenía sentido que él nos presentara, sólo si pensaba que tenía sentido.

La conversación se volvió negativa e indicó que debería tener cuidado con quién se relacionaba si la gente iba a "aprovechar" su red para generar posibles prospectos. Yo era muy curioso y le pregunté por qué estaba tan ofendido acerca de mi solicitud de presentarme a alguien que él conocía, después de todo, ¿no es de lo que se trata la creación y conexión de redes?

Le pregunté si tenía una mentalidad de abundancia y él dijo que sí. Esto conduce a una interesante conclusión de que algunas personas piensan que es su responsabilidad tomar decisiones por otras personas. Así que ahora estaba aún más curioso y pregunté: ¿qué pasaría si la persona a la que pedía que me presentaran realmente buscaba los productos o servicios que tenía que ofrecer? Le pregunté "¿cómo sabría si estaban o no interesados en hablar conmigo si no estaba preparado para presentarnos?”

Estaba empezando a tener la idea de que al intervenir por parte de otra persona me encontraría tomando una decisión por ellos. Al principio sentía que era su responsabilidad "proteger" a la persona sin embargo, en la discusión posterior empezó a ver mi punto de vista. Luego compartí el siguiente escenario con él.

¿Qué pasa si las tres personas en el ejemplo anterior terminaron en el mismo evento de networking y se presentaron, ¿crees que el resultado sería el mismo? Probablemente no. Si junto a dos personas de pie al lado del otro y encuentran un interés común que los hace hacer negocios o actividades de caridad en conjunto es gracias a ellos, no gracias a mi presentación. A medida que prospectamos para el negocio potencial por referidos y presentaciones estamos siendo obstaculizados por la gente en nuestra red, ya sea la familia, amigos, colegas, socios de negocios u otras personas que conoces porque están renuentes a hacer una presentación.¿Qué pasa si tú estás buscando un servicio y sin saberlo un buen amigo tuyo sabía de alguien que era un experto en ese campo, pero tenían miedo de presentarte porque no quería que se te vendiera algo que no necesitas? ¿Cómo te sentirías?

Tú amigo está decidiendo por ti, que tú no estás interesado en hablar con alguien porque el, tu amigo cree que están buscando tu mejor interés y protegiéndote de potencialmente ser vendido o acosado. Todos conocemos a personas que hacen un gran trabajo y ofrecen maravillosos servicios, ¿por qué no querrían compartir esta gente con todos los que conocen?

Mi desafío para ti es que tomes unos minutos y escribas a alguien un testimonio que puedan utilizar en sus redes sociales. Sus comentarios positivos ayudarán a abrir más puertas y cuando estas personas vienen llamando para presentar personas en tu red; No tengas miedo de tener esa mentalidad de abundancia.

Compartir este Artículo: