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Sandler Training CDMX | Cuauhtémoc, Ciudad de México
 

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Quiero llevarte de regreso en la historia unos 10.000 años atrás, exactamente en la sabana africana. Solo hay alrededor de 1,500 seres humanos en el planeta, y la vida es una existencia aterradora. En cuanto a los depredadores, no tenemos muchas posibilidades. No tenemos garras ni colmillos. No somos muy fuertes o rápidos, y no tenemos ningún mecanismo de defensa como caparazones, veneno, aguijones o incluso camuflaje. No hace falta decir que era normal ser temeroso en la sabana. El miedo, la vigilancia y la preocupación nos mantuvieron vivos. Afortunadamente para nosotros, nos hicimos más inteligentes con el tiempo.

Fabricamos armas, formamos equipos y usamos la comunicación para transmitir el conocimiento y defendernos. Cinco humanos con lanzas haciendo equipo tienen más oportunidad de ganar contra un león que un hombre en combate mano a mano. ¿Qué tiene eso que ver con los negocios y nuestras vidas hoy? Bueno, a medida que fuimos más inteligentes, el miedo se volvió cada vez menos útil para nosotros.

Piénsalo; ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a alguien decir: "Tengo que trabajar en mi miedo, simplemente no creo que sea muy bueno en tener miedo"? El miedo era valioso cuando la situación era fatal, pero en el mundo de los negocios actuales, no tiene mucho valor. Hoy, nos preocupa la felicidad, el éxito y vivir la vida que soñamos.

Hemos evolucionado la jerarquía de necesidades de Maslow desde la supervivencia hasta la autoestima y la autorrealización. El problema es que el miedo se interpone. Extendiendo tus zonas de confort, el miedo te impedirá crecer y asumir riesgos que pueden traer los frutos del éxito y la autoestima. El miedo y el fracaso son universales; es parte de la experiencia humana. Solo arriesgándonos al fracaso podemos lograr algo grandioso. Sin agallas, no hay ganancia. Así que me gustaría desafiarte con un modelo de toma de decisiones que podría ayudarte a aumentar tu tolerancia al riesgo y desarrollar algunas agallas para ir tras todos tus sueños más extraordinarios.

Primero, pregúntate si el riesgo es fatal. Si el peor de los escenarios es fatal para ti o tu organización, tu temor está justificado y no debes correr ese riesgo. En segundo lugar, pregúntate si el mejor escenario posible es deseable. Si crees que el mejor de los casos es algo bueno para ti o para tu empresa, arriésgate. Ahora, obviamente, hay opciones de incomodidad en algunos niveles bastante severos antes de llegar a la muerte, algunas recompensas serán menores y otras excelentes, y hay probabilidades de que cada resultado, pero este modelo básico funciona. Vamos a intentarlo.

Digamos que estás pensando en realizar paracaidismo. En el peor de los casos, aunque no probable, podría ser fatal. El mejor escenario posible es que pases un buen rato, una experiencia única en la vida y una gran historia que contar. El mejor escenario posible es deseable, pero el peor de los casos podría ser fatal. Bajo este modelo, yo diría que no vayas a tirarte de un paracaídas. Hay otras maneras de pasar un buen rato y de tener una buena historia como para arriesgar tu vida.

Ahora probemos uno sobre negocios. Estás pensando en llamar a ese cliente soñado, el cliente que podría hacer de tu carrera un éxito. El peor de los casos es que diga que no por lo cual aún no será tu cliente, pero tú vives para luchar otro día. En el mejor de los casos, ha tenido la intención de llamarte o no sabía que tu servicio existía, y hace que cumplas las metas de un año o de tu carrera con una sola llamada. Obviamente, ese escenario sería deseable, y el peor de los casos es una pequeña decepción, pero básicamente es donde estás ahora mismo de todos modos. ¡No tienes nada que perder! Ya no pueden obtener más de lo que ya tienen, ni siquiera tu cliente... ¡asume ese riesgo!

No arriesgar en este escenario es la forma más segura de perder. ¡Sin agallas, no hay ganancias! Una vida sin riesgo es una vida sin crecimiento. Tenemos una Regla de Sandler para esto: “No puedes llegar al segundo paso con un pie en el primero.”

¡En la vida y en los negocios no hay status quo! Estás creciendo o retrocediendo. El éxito en 2018, y más allá, a veces depende más de la voluntad de saltar que de preocuparse por lo que sucederá si fallas.

Por lo tanto, en el nuevo año, te desafío a ser valiente y perseguir tus sueños. Recuerda, sin agallas, no hay ganancia.

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